SERIE MINAS DE LA UNIÓN Y CARTAGENA III: CONCESIÓN SAN JUAN DE LA CRUZ
Situada en el Cabezo del Pino, en las cercanías de Portmán y próxima a otras conocidas concesiones como San Jorge o Templarios, la concesión consta de varias calicatas y alguna roza en las que abunda el cuarzo en diversas variedades, aunque la más frecuente es el amatista. Igualmente aparece siderita y aragonito, este en ocasiones incluido en el cuarzo.
La mina San Juan de la Cruz fue localizada en 1992 por Juan Luis Castanedo, nuestro actual vicepresidente y secretario, y Pablo Buitrago, que se les ocurrió explorar una bocamina que encontraron oculta tras unos matorrales.
Tras entrar comprobaron que se trataba de una calicata de pequeño desarrollo con alguna galería cegada con escombros. La sorpresa vino cuando en la mencionada escombrera aparecieron placas de amatista, algunas de considerable tamaño, que, aunque con poco brillo, la envergadura de los cristales era destacable. Recolectaron algunos ejemplares revolviendo la escombrera y se marcharon.
No sería hasta años después, en 2021, cuando los descubridores volverían acompañados de otros aficionados a buscar en la escombrera con resultados decepcionantes. En una de las incursiones con Alejandro Cabello y Pilar Sánchez, esta, haciendo una cata en la pared bajo la bocamina, abrió tras una pequeña fisura una enorme geoda de amatista con cristales que alcanzaban los 10 cm. A partir de ese momento se organizó la logística para extraer ejemplares, formando equipo Pilar Sánchez, Pablo Buitrago, Adrián Segovia y Juan Luis Castanedo, que en ocasiones iban acompañados de otros mineralogistas.
La geoda, de varios metros de longitud, dio piezas de tamaños decimétricos con cristales de entre 5 y 10 cm, aunque alguno llegó a superar los 13 cm, pero con escaso o nulo brillo aunque de buen color.
El material extraído no tiene calidad, y alguno a las piezas les sacó brillo artificialmente para poder venderlas utilizando productos químicos y medios mecánicos, por lo que su valor coleccionístico es reducido, aunque resulten muy ornamentales para estar sobre un mueble del salón.
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